6ª Reflexión: La súplica es la práctica ritual del ayuno

Por Sheij ; Taha Fathy Hendy

Alabado sea Allah y que la paz y las bendiciones de Allah sean con nuestro amado profeta Muhammad, su familia, sus compañeros y todo aquel que siga su ejemplo.

Bienvenidos hermanos y hermanos: Aselemu aleikum, que Allah resplandezca vuestros rostros y haga que seamos de los que escuchan las palabras y siguen las mejores de ellas.

Allah, Altísimo sea, dice: “Cuando Mis siervos te pregunten por Mí, estoy cerca y respondo a la oración de quien invoca cuando Me invoca. ¡Que Me escuchen y crean en Mí! Quizás, así, sean bien dirigidos.” La vaca: 186

En este bendito mes de ramadán, el ritual de la súplica (duá) es una de las prácticas más importantes y los modales más sublimes. Allah, Glorificado sea, ama escuchar las súplicas de su siervo y ver su insistencia en ello, y puede el mes del ayuno sea el mes en el que debemos ser más insistentes en nuestra súplica hasta que se convierta en una costumbre en el resto de los meses. Allah, Glorificado sea, cuando mención el ayuno y sus normas, y que quiere facilitar las cosas a sus siervos en verdad de sus palabras: “Allah quiere hacéroslo fácil y no difícil” La vaca: 185, nos ordenó hacer súplicas, es más informó al profeta (sws) en con: “Cuando Mis siervos te pregunten por Mí, estoy cerca”. La palabra (qaríb) significa cerca, es decir que Allah responde a la súplica. Lo que pasa es que muchas veces nos da la sensación que la súplica no es respondida, y eso es desconfiar de Allah, Altísimo sea, pero Allah no rechaza nunca la súplica de su siervo y si ese el suplica, Él la acepta. Es importante saber que la súplica puede ser variada: La acepta Allah, Altísimo sea, directamente y te concede tu petición; o te salva de aflicciones, males, faltas y pecados lo equivalente a tu súplica porque, por tu interés, si te diera lo que pides, podrías corromperte, o te concede el grado más elevado de la súplica reservándotela hasta el día que lo encuentres, entonces el siervo y sus súplicas comparecen ante Allah el día del juicio final.

No os desesperéis pensando que la súplica no se acepta, porque la súplica no se acepta solo si proviene de un corazón distraído, un corazón negligente, una persona que no incluye a Allah en su súplica, eleva las manos en la oración no para suplicar sino para tener una forma de culto. Cuando la súplica sale del corazón, Allah, Altísimo sea, la acepta y no se necesita de intermediario, pues en las aleyas del ayuno: “Cuando Mis siervos te pregunten por Mí”, Allah, Altísimo sea, dijo: “estoy cerca” y no dijo: “diles, oh Muhammad”. Lo normal habría sido lo último igual que en otras aleyas como: “Te preguntan acerca de los novilunios. Di: Son indicaciones que sirven a los hombres para fijar la época de la peregrinación” La vaca: 189; “Te preguntan acerca de la menstruación. Di: Es un mal” La vaca: 222; excepto en la súplica, si te preguntan a ti Muhammad donde está Allah, diles que está cerca y no necesita de intermediario, así que acercaos a Mí.

La insistencia en la súplica en este bendito mes forma parte de los buenos modales con Allah por eso debemos insistir en nuestras súplicas.

El profeta (sws) dijo: “Insistid a Allah con el Majestuoso y Honorable” es decir insistid a Allah con uno de sus nombres y uno de sus atributos e insistid con sus bellos nombres cuando estéis afligidos.

Así mismo la sinceridad es uno de los modales para la súplica, es decir que la persona tiene que ser sincera y no asocia con Allah a nada ni nadie porque el corazón del creyente se prende solo de Allah y sabe que la súplica no se acepta si no por parte Allah y que nadie puede, por mucha fuerza, autoridad, inmunidad, estatus y bienes, cumplir algo de tu súplica a menos que Allah lo ponga a tu servicio. Es un buen modal y con ello no buscamos sino la complacencia de Allah y que tengamos presente que Allah, Glorificado sea, es Pudoroso y generoso, tiene reparo en ver a su siervo levantar sus manos suplicando y que Él las devuelva vacías y decepcionadas.

Rogamos a Allah que haga que seamos de los que escuchan las palabras y siguen las mejores de ellas y que la paz y las bendiciones de Allah sean con nuestro amado profeta Muhammad, su familia, sus compañeros y todo aquel que siga su ejemplo.