Lecciones de Ramadán (La primera: Reconciliate contigo mismo)

Por Sheij Taha Fathi Hindi

 

Traducción:

Alabado sea Allah y que la paz y las bendiciones de Allah sean con nuestro amado profeta Muhammad, su familia, sus compañeros y todo aquel que siga su ejemplo.

Aselemu aleikum y le pedimos a Allah, Altísimo sea, Señor del trono magnánimo, que nos bendiga nuestro tiempo y que nos honre en este bendito mes.

Feliz a Ramadán a todos nosotros. El Profeta (sws) felicitaba a sus compañeros diciendo: ((¡Oh Allah, bendícenos el mes de shaabán y haz que lleguemos a ramadán)).

El mes de Ramadán, este generoso invitado, requiere de nosotros una verdadera vuelta del alma, esta alma que es un soplo de Allah, es la señal de que el ser vivo está en vida y le hace más cerca de Allah, Glorificado sea, de la mejor manera.

Lo que más necesitamos en este sagrado mes es la reconciliación. Cuando se habla de reconciliación, lo primero que nos viene a la mente es la reconciliación con nuestros hermanos, vecinos y toda la ummah del Muhammad (sws). Eso es fundamental, aunque lo cierto es la reconciliación de uno consigo mismo es que lo más importante. Cuando Allah, Glorificado sea, habló del alma, juró por ella en el sura donde aparecen más juramento de las gracias de Allah. En el sura del Sol, Allah repite el juramento once veces, y dice en la aleya 7: “¡Por el alma y Quien le ha dado forma armoniosa,”. Allah, Altísimo sea, no jura sino con algo grande e importante, entonces debemos volver hacia nuestras almas y purificarlas. Algunas personas dijeron un hadiz sobre el profeta (sws) para purificar sus almas, pero no es verdad porque lo que conseguirían es matarlas. En el hadiz, el profeta (sws) dice: ((Tu enemigo más enemigo es tu alma que llevas dentro de ti)), y los narradores, el último de los cuales el imám Al-albáni, lo clasificaron como un hadiz inventado que se contradice totalmente con lo que hacían los compañeros del profeta (sws) en su presencia.

Nuestras almas son lo más valioso que tenemos, y necesitamos en esta época del año, en el mes de ramadán, volver hacia esta alma purificándola y no cometiéndola porque es nuestra cabalgadura hacia Allah. Omar Ibn Abdelaziz, que Allah esté complacido con él, cuando fue elegido califa, la corrupción se había propagado en la ummah, pero él que fue educado en el ejemplo del profeta (sws), y conocía a si mismo empezó poco a poco a luchar contra la corrupción y la abominación. Su hijo, Abdulmalek le dijo: No me importa lo que nos pueda pasar siempre que sea por la verdad. Le contestó: Hijo mío, mi alma es mi cabalgadura, y temo que si la incito a la verdad de golpe, lo deje de golpe. Esas palabras son un ejemplo de la narración de Aishah, que Allah esté complacido con ella, que dijo: El profeta (sws) dejó de destruir las estatuas para que sus dueñas no las honraran, pero educó y purificó esa almas hasta que volvió y destruyó con sus propias manos esas estatuas como bien sabemos lo que pasó en la conquista de Meca.

Todos nosotros aspiramos a tener un alma sosegada y rogamos a Allah que así sea.

El alma sosegada no es difícil con el ser humano, pero él debe de aceptar su alma, ser sincero con ella, purificarla y honrarla porque el alma que Allah quiere para sus siervos es un alma sincera y purificado que concuerda con la naturaleza innata en la cual Allah creó a sus siervos y para que la cuiden.

Con el inicio de este bendito mes de ramadán, tenemos que conciliarnos con nuestras almas y ser sinceros con ellas, dar las gracias por las bondades que lleva y tratar las enfermedades que pueda sufrir con sabiduría y buen consejo.

Y que la paz y las bendiciones de Allah sean con nuestro profeta Muhammad