Reflexión III. Shaabán

Traducción:

Selemu Aleikum, y que la paz y las bendiciones de Allah sean con nuestro amado profeta, Muhammad, su familia, sus compañeros y todos los que los que siguen su ejemplo

Queridos hermanos y hermanas,

Seguimos viviendo estos días benditos del mes de Shaabán que emanan el aroma del mes de Ramadán. Rogamos a Allah que nos bendiga Shaabán y nos haga alcanzar Ramadán.
En estos días vivimos envueltos en la misericordia de Allah porque Él, Glorificado y Altísimo sea, nos concedió el favor de suplicarle, y puede que esa práctica sea una de las gracias más grandes que un siervo pueda tener, estando con su Señor.

Allah, Altísimo sea, dice en la aleya 62 de la sura de An-naml/ Las hormigas: “¿Quién, si no, escucha la invocación del necesitado, quita el mal?” Él es Allah que quiere que sus siervos Le supliquen y Le llamen día y noche, pues Le gusta escuchar sus súplicas y sus miedos de encontrarse con Él siendo negligentes con Él.

Entonces, con esa epidemia, todo es misericordia, así que rogamos a Allah que haga desaparecer este flagelo.

La súplica es una de las prácticas más importantes y necesarias que Allah nos ha prescrito, pues Él nunca devuelve a nadie que Le suplique, ya que dice en la aleya 186 del sura de al-Baqarah/ La vaca: “Cuando Mis siervos te pregunten por Mí, estoy cerca y respondo a la oración de quien invoca cuando Me invoca”. “Cuando Me invocan” esa es la respuesta de Allah, Altísimo sea, y así es como quiere que seamos. Muchos rezaban, se postraban ante Allah y le suplicaban pero sus corazones no estaban presentes porque estaban ocupados con las cosas mundanales, los bienes acumulados, la autoridad o los puestos que ostentaban. Pero hoy, con esa epidemia que asola el mundo entero, cuando la gente eleva sus manos para suplicar a Allah, sus corazones están presentes y sus ojos se llenan de lágrimas, rogando a Allah que les salve a ellos, a sus hijos, a sus padres y a sus familiares.

A pesar de esa epidemia, vivimos en un estado de gracia. Invitamos a toda la gente a cumplir con todas las medidas impuestas por las autoridades competentes, pero el musulmán tiene una visión en cada situación y en su religión, ya considera que la situación que Allah impone en calve de decreto y destino está en Sus manos, Glorificado sea, y puede cambiarla cuando quiere y como quiere, pero que toda aflicción encierra una gracia. Allah te quita para darte, y Su gracia en lo prohibido es igual que Su gracia en lo concedido.

Por todo eso, nos recomendamos mutuamente a hacer muchas súplicas y con abundancia a Allah para a salve a nuestro país y a todos los países del mundo de esa epidemia.

¡Oh, Tú el Magnánimo, el Indulgente, el Generoso, Dueño del poder absoluto, Señor de los mundos, El Clemente! Haz que esa epidemia desaparezca de nuestro país y de todos los países.

Y que la paz y las bendiciones de Allah sean con nuestro amado profeta, Muhammad, su familia, sus compañeros y todos los que los que siguen su ejemplo.