La jutba del adiós

Con Sheij Taha Fathy Hendy

La jutba del adiós: Lecciones y consideraciones
Alabado sea Allah, dios del universo. La paz y las bendiciones sean con el mejor de los mensjeros, nuestro profeta Muhammed (sws), con su familia y con sus compañeros.
“ ¡Creyentes! Temed a Allah con el temor que Le es debido y no muráis sino como musulmanes.” (Al-Imrán: 102).
Queridos hermanos y hermanas:
En el año diez de la hégira, el mensajero de Allah (sws) se puso delante de sus compañeros en la mezquita sagrada para dar un sermón. Se habían congregado ante él más de cien mil musulmanes y musulmanas, y se dispuso él para poner los principios y las características de esta religión. Allah, Altísimo sea, perfeccionó su gracia, en verdad a sus palabras: “Hoy os he perfeccionado vuestra religión, he completado Mi gracia en vosotros y Me satisface que sea el islam vuestra religión.” (Al- máidah/La Mesa Servida: 3), y así fue la jutba del adiós que contenía los elementos inviolables y los derechos legales y humanos. Era y será, verdaderamente, una ley de los derechos humanos, sobre la cual se puede organizar la vida de los humanos.
Hemos aquí algunas lecciones de aquella excelente jutba:
-Primero: La estipulación de la inviolabilidad de las vidas, los bienes y los honores.
En esa jutba, el profeta (sws) advirtió sobre la peligrosidad de la agresión contra las vidas, los bienes y los honores, fundó esa ley islámica y humana, exaltó el castigo del asesino y del usurpador de los bienes de la gente aunque fueran no musulmanes, diciendo:
“Oh, pueblo: realmente, vuestra sangre, vuestros bienes y honras son inviolables, hasta el encuentro con vuestro Señor; tan inviolables como en este mismo día, en este mes, en este lugar sagrado.”
Luego dijo: “Todo lo relativo a la época preislámica queda obsoleto, los asesinatos que tuvieron lugar en esa época quedan obsoletos, y el primero de ellos al que yo mismo renuncio es el de Ibn Rabíah Ibn Al-Háriz que fue dado a una nodriza en la tribu de Banu Sa`d, y fue asesinado por Hudail”
Segundo: La confirmación del principio de la igualdad entre la gente.
Aquí está nuestro querido profeta (sws) en el viaje de la única peregrinación, en los días posteriores al día del sacrificio, que dice: “¡Gente! Vuestro dios es uno, y vuestro padre es uno. Un árabe no tiene ninguna superioridad sobre un no árabe, ni un no árabe tiene superioridad sobre un árabe, el rojo no tiene superioridad sobre un un negro, ni el negro la tiene sobre el rojo, sino por la pieda y las buenas acciones. Dijeron: El mensajero de Allah ha transmitido el mensaje”.
Todas las personas son iguales aunque ostenten distintos grados en la vida, pues las gracias no son prueba del amor, ni el impidemento es prueba del odio. Las personas no revalizan mutuamente en superación por pertenecer a un partido o un lema sino con la piedad.
Tercero: Educar la ummah con el método de la facilitación y no la presión.
Igual que en la historia de la peregrinación, Al-Bujári narró que Abdullah Ibn Amr Ibn Al-Ás dijo: “Siempre que le preguntaban al profeta (sws) sobre algún acto que fue adelantado o atrasado, decía: “Hazlo, pues no hay nada de malo en ello”. Se trata de un recordatorio a los afiliados al islam, de que no es una religión de intransigencia y de pedantería, sino que es una religión de facilidad y de facilitación en la aplicación de las leyes y no en la supresión de esas, como piensan algunos.
Abu Hurairah, Allah esté complacido con él, narró que el profeta (sws) dijo: “La religión es fácil. Quien se exige demasiado a sí mismo no la podrá soportar. No seáis extremistas y tratad de acercaros a la perfección. Albriciáos con la recompensa que recibiréis y fortificáos con la oración por la mañana, por la tarde y con la oración nocturna”
Y dijo el profeta (sws): “Los que se extralimitaron fueron destruidos”, y lo repitió tres veces.
Y que la paz y las bendiciones sean sobre nuestro amado profeta, sus familiares y su compañeros.